Desde CECHA apoyamos este paso importante en la lucha contra el cambio climático, pero a la vez creemos necesario que se realice una convocatoria amplia al debate. Eso nos permitirá analizar los cambios que propone y poder plantear los vacíos, dudas y preocupaciones que genera la iniciativa impulsada por el Gobierno nacional.
Cuando hablamos de convocatoria amplia nos referimos a que a la hora de discutir punto por punto del proyecto no solo estén sentados en la mesa los legisladores de todas las fuerzas políticas, sino que también podamos participar todos los actores que pueden decir algo al respecto y que van desde las petroleras, la industria automotriz, las organizaciones ambientales hasta las estaciones de servicio y los consumidores. ¿Con qué objetivo? conseguir un proyecto final superador y consensuado.
Hoy, con nuestra red de 5 mil estaciones de servicio que operan en todo el país, somos el último eslabón de la cadena de comercialización de combustibles, que garantiza que millones de personas se movilicen y cumplan con una gran parte de las actividades esenciales que necesita el país.
Somos quienes conocemos de primera mano las necesidades y hábitos de esos usuarios; qué tipo de combustible prefieren, cuánto pueden gastar y cuánto tiempo le pueden dedicar a cargar nafta. Sabemos qué estación visitan cada día en su camino al trabajo y en cuál prefieren parar en el itinerario de vacaciones.
¿El proyecto de ley tiene en cuenta todo esto, cómo va a trastocar los hábitos de la gente?. ¿Cuánto tiempo va a llevar cargar la batería de un auto eléctrico? ¿Cuánto va a salir comprar uno, teniendo en cuenta que en 2041 se prohibirá la venta de autos a propulsión de combustibles fósiles? ¿Dónde estarán los puntos de carga y cuántos habrá?¿Será la misma red que ahora? ¿Operará en las mismas estaciones de servicio? ¿Le va a salir más caro o más barato? ¿Tendrá que pagar más o menos impuestos?
Todas estas preguntas hoy no encuentran respuesta en la iniciativa oficial y por eso nos resulta necesario plantearlas ahora para buscar soluciones con anticipación y no encontrarse con escollos que la hagan impracticable. Un ejemplo de ello es Alemania que en su intento por cumplir con sus objetivos climáticos quieren llegar a 10 millones de coches eléctricos para finales de esta década, pero se encuentra con usuarios que no pueden pagar el costo del vehículo eléctrico ni tampoco cuentan con una red de estaciones que garantice la recarga en 30 minutos.
Como indicamos al inicio de esta columna, estamos por avanzar hacia un cambio sustancial para la vida de todos y por esa razón es indispensable que todas estas dudas y preguntas encuentren un cauce y una solución, para que el anhelo de la transición energética sea una meta alcanzable y en beneficio de toda la comunidad.
Presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de la República Argentina (CECHA)